martes, 25 de febrero de 2014

SARITA COLONIA, A CIEN AÑOS DE SU NACIMIENTO: LA SANTA DEL PUEBLO

De ella se dice que nació en Belén, en Ancash, el 1 de marzo de 1914, era la mayor de 3 hermanos , hija de don Amadeo Colomia y Rosalia Zambrano, que su padre fue carpintero, y que, como toda gente de provincias, tuvo que dejar a muy temprana edad su tierra natal para viajar a la capital a mejorar su futuro. Pasó gran parte de su vida en el puerto del Callao y fue allí también en donde encontró la muerte luego de arrojarse al mar chalaco para huir de unos delincuentes que intentaban violarla. Pese a este hecho, irónicamente, fueron los delincuentes más avezados y las peores gentes del barrio porteño los que iniciaron su culto y adoración, hecho que le hizo acreedora del título de santa de los marginados y desposeídos.
Desde aquel entonces dicen que ha hecho cientos de milagros tanto que su fama ha traspasado ya los límites de las clases sociales e incluso territoriales, pues hoy es venerada y reconocida en todo el Perú y en el extranjero. Su nombre completo era Sarita Colonia Zambrano, aunque es conocida cariñosamente con el nombre de “La Sarita”, para muchos, la Santa del Pueblo.
LOS INICIOS DEL MITO DE SANTIDAD
Si bien su biografía es fácil de ser estudiada y seguida, fue una vez muerta, cuando comenzó a crecer este mito de la santidad de Sarita Colonia. Justamente, uno de los primeros trazos del mito comienza con el momento de su muerte, según cuenta la leyenda, Sarita Colonia murió al arrojarse al mar del Callao para salvarse de unos delincuentes que pretendían violarla
Y es que según señalan sus fieles seguidores, fue reconocida como milagrosa cuando su padre en 1941, colocó una cruz en la fosa común del cementerio, con el nombre y la foto de su hija. Al pasar las personas por este lugar, se paraban a ver el retrato angelical de la joven Sarita.
Poco a poco, conocidos y no conocidos de la familia empezaron a asistir los domingos para rezar por ella. Es así como Sarita Colonia, se convirtió en intermediaria de chalacos, limeños, provincianos y todo aquel que necesitara de ella, para conseguir aquello que consideraban imposible; transformando su tumba en un santuario de la religiosidad popular.
Lejos de esta historia trágica de su muerte, los datos históricos señalan que Sarita Colonia falleció oficialmente el 20 de diciembre de 1940 a los 26 años de edad, en el hospital de Bellavista, Callao. Según su partida de defunción, la causa de la muerte fue paludismo, aunque los hermanos hasta el día de hoy niegan esa versión y señalan que su hermana murió por una sobredosis de aceite de ricino.
Sea como fuere los restos de la joven fueron enterrados en una fosa común en el cementerio Baquíjano del Callao en la más absoluta pobreza tanto que no contó con un funeral apropiado.
LA DEVOCIÓN
No se sabe bien cuándo o por qué, los ciudadanos del Callao comenzaron a venerar la cripta de la joven. Los estudiosos señalan que fue aproximadamente en la década de los setenta cuando el culto comenzó a extenderse en Lima debido principalmente a la masiva migración que llegó a la capital de la sierra del Perú.
Lo que se sabe es que cuando las autoridades del puerto del Callao intentaron allanar la fosa común donde está enterrada Sarita Colonia para ampliar el cementerio de la ciudad, de repente cientos de fieles se apropiaron de la fosa impidiendo su demolición (fue la única cripta que no fue destruida) y levantaron en ese lugar una pequeña capilla la misma que hoy continúa siendo el espacio de veneración y culto a la popular santa.
LA FE A SARITA COLONIA
Pese a que no existe registro alguno de su santidad ni de los milagros hechos durante su vida, y sobre todo, pese a que no ha sido aceptada por la Iglesia Católica, es indudable que la adoración a Sarita Colonia continúa creciendo con el paso del tiempo. Hoy es común ver en los parabrisas de microbuses, combis y taxis las estampitas con el rostro de esta santa del pueblo, existe un grupo de rock como La Sarita que ha querido tomarla como símbolo, hay canciones, series de televisión, libros, páginas web y productos de marketing que le hacen referencia e incluso hay un penal en el Callao, que lleva su nombre
Es evidente pues que hoy Sarita Colonia ya no sólo es la santa de los delincuentes y las clases marginales del país, hoy Sarita es la Santa de todos, una santa provinciana, que fue pobre y que luchó la vida lo mejor que pudo para sacar adelante a su familia, en resumen una Santa que refleja en ella misma gran parte de lo que es hoy en día el Perú.